martes, 28 de febrero de 2012

¡La ola!

Brasil juega la final de la copa del mundo contra Alemania. De pronto, en algún lugar de las tribunas, un pequeño grupo de fans se levanta y con las manos arriba grita: !OOOOOLA! La actitud contagia inmediatamente a las personas que se encuentran cerca. Poco a poco, en cuestión de segundos, la tribuna tiene vida propia y desde lejos, el movimiento de las personas, parece una ola que avanza dando vueltas al estadio. Nadie lo planeó, nadio dió la orden. Sólamente pasó.

Físicos de la Universidad de Budapest desarrollaron un modelo matemático que describe y predice el principio  que regula este fenómeno. Sin tomar en cuenta si los fans son mexicanos, brasileños, alemanes; o si el juego es en Corea, España o Moscú.

Tras analizar diferentes grabaciones de olas en partidos reales de futbol, se encontró que entre 25 y 30 personas son necesarias para obtener dicha onda. A su vez también se encontró que la ola gira en el sentido de las agujas del reloj alrededor del estadio y por lo general se mueve a una velocidad de unos 12 metros (20 asientos)  por segundo. 

Fenómenos tan simples, tan comunes, como la ola en un partido de futbol. Algo que todos conocemos, en lo que todos hemos participado alguna vez. Como se observa, sistemas complejos nos ayuda a entender poco a poco nuestro mundo, desde el cáncer hasta un simple pero entretenido partido de futbol.

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